No es un caso aislado. Una madre y sus dos hijos llegan a Madrid. Huyen de Colombia. Son potencialmente una familia de refugiados. Después de gastarse todo su dinero disponible en dos noches de hotel, la madre pide ayuda a una abogada. Confía en que alguien les acoja. La letrada les recoge con su coche en la estación de Atocha.
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