El presidente catalán, Pere Aragonès, ha decidido activar el botón verde y gobernar con el solitario apoyo de sus 33 diputados frente a los 135 del hemiciclo aplicando una geometría variable extrema. Sus antiguos socios de Junts han apostado por ejercer una oposición férrea y todo parece indicar que la única opción que le queda a Esquerra para sobrevivir en el Parlament es la de pactar los presupuestos con el PSC (33) y de cola con En Comú Podem (8). Las tres fuerzas suman una amplia mayoría absoluta de 74 escaños. O es ese escenario o la legislatura, como apuntan las dos fuerzas de izquierda, tendrá un recorrido más que incierto con unas cuentas públicas prorrogadas. El president y Salvador Illa, líder socialista, mantendrán dentro de una semana un primer encuentro para tantear esta nueva etapa tras la crisis y salida de Junts del Govern. Lo harán pese a las enormes reticencias expresadas por el mismo presidente de ERC, Oriol Junqueras, que hace apenas una semana cerraba la puerta a acuerdos con los socialistas.
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