La Guardia Civil utilizó abundante material antidisturbios en la trágica jornada del 24 de junio en la frontera de Melilla, en la que murieron 23 migrantes durante un salto en el que participaron un grupo de casi 2.000 personas. El máximo responsable del instituto armado en la ciudad, el teniente coronel Arturo Ortega, ha detallado a la delegación de diputados que este lunes visitaba la zona que aquel día los agentes lanzaron 86 botes lacrimógenos, 28 botes de gas y 65 pelotas de goma, y utilizaron 41 aerosoles lacrimógenos grandes y 12 de otro tipo. También dispararon 270 salvas, que efectúan ruido para intentar hacer desistir a los migrantes en su intención de saltar el vallado. En febrero de 2014, cuando se produjo la otra gran tragedia migratoria ocurrida en una frontera española, la de la playa de El Tarajal, en Ceuta, la Guardia Civil disparó un número más elevado de pelotas de goma (145), pero tan solo cinco botes de humo, según detalló meses después el Gobierno del PP.

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Marlaska: «No hubo ningún muerto en territorio español»

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha sido tajante este lunes cuando se le ha preguntado por la tragedia vivida el 24 de junio en la valla de Melilla, donde al menos 23 inmigrantes fallecieron cuando intentaban entrar en España: «No hubo ningún muerto en territorio español», ha asegurado. Marlaska, que ha atendido a los medios tras la inauguración de una comisaría en Cuenca, ha pedido también que nadie haga oposición política contra el Gobierno atacando a la Guardia Civil. Y ha insistido en su tesis de que lo sucedido aquel día «fue un ataque violento a la frontera de la UE» y que «la Guardia Civil actuó con la proporcionalidad, legalidad y necesidad que los acontecimientos requerían, y con riesgo para su integridad física». El cuerpo de seguridad español, ha dicho el ministro, no tuvo ninguna «responsabilidad» en las «trágicas muertes acontecidas aquel día».