En el gimnasio In Legatum Sport Club de Vigo dedicaron “todas las clases” de este lunes a hablar de Eneas Valverde Ruibal. Él es la víctima más joven del accidente de autobús que a última hora de la tarde del día 24 ahogó en el río Lérez —a la altura del municipio pontevedrés de Cerdedo-Cotobade— las vidas de siete pasajeros con historias muy distintas, que viajaban en el mismo coche casi todos sin nada en común salvo el propósito de llegar pronto a sus destinos para cenar por Nochebuena. Eneas tenía 21 años y ha dejado una huella enorme entre sus compañeros, que “están deprimidos”, cuenta también muy afectado el propietario del gimnasio, Antonio Rebouras, que fue entrenador del chico “desde los cinco años”, de taekwondo primero y boxeo después. “Lo vi crecer, era como un hijo, él y dos de sus hermanos, todos con nombres que sus padres sacaron de la Ilíada”, comenta Rebouras. “Hoy le vamos a dedicar todo el día”, anuncia el preparador: “Se merece un buen recuerdo, y su vida nos ha dado una lección. Hay que vivir feliz el día a día porque nunca se sabe lo que te reserva el destino a la vuelta de la esquina. Eneas siempre sonreía, era agradable, extrovertido y guapetón”. Llegó a ser subcampeón de Galicia a los 17 años.
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