España es desde 2012 el primer socio comercial de Marruecos, con exportaciones que superaron los 10.800 millones de euros el pasado año, pero se queda en el quinto puesto entre los inversores extranjeros (detrás de Francia, Estados Unidos, Emiratos Árabes Unidos y el Reino Unido), con un stock acumulado de 2.000 millones. La inseguridad jurídica, las trabas burocráticas y las crisis periódicas entre los dos países han retraído a los empresarios españoles. Para animarlas a invertir en el país vecino, el Gobierno ha puesto en marcha una línea de crédito por valor de 800 millones, el doble de la anterior.
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