Desde hace días no se habla de otra cosa en el Congreso, pero, cuando los diputados estaban todavía a tiempo de evitar las consecuencias “indeseadas” –como alega el Gobierno– de la ley del solo sí es sí, el debate apenas concitó interés. En los más de diez meses que se prolongó la tramitación de la norma entre las dos Cámaras de las Cortes, se discutió mucho de presunción de inocencia o de prostitución y se hicieron chistes de dudoso gusto sobre los piropos o sobre si sería preciso acudir al notario para mantener relaciones sexuales. Una diputada del PP, Marta González, sí planteó con claridad desde el primer momento que el proyecto enviado por el Gobierno al Parlamento, tras otros largos meses de acalorado debate interno entre el PSOE y Unidas Podemos, conllevaría una reducción de algunas penas para los delitos sexuales más graves. Los demás grupos apenas entraron al debate y en los meses siguientes la cuestión quedó en un segundo plano mientras el articulado de la ley se discutía en plenos y comisiones.
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