El PP ha dejado de proclamar que las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo actuarán como la verdadera moción de censura ―en lugar de la de Vox― a Pedro Sánchez. Ni Alberto Núñez Feijóo ni los principales dirigentes del partido sostienen ya que esos comicios funcionarán como un primer plebiscito sobre el presidente del Gobierno. La razón es que cierta incertidumbre se ha apoderado del cuartel general de los populares, en el número 13 de la madrileña calle de Génova. Las perspectivas son buenas en las municipales: el PP cree que ganará en el cómputo total y que conquistará muchas nuevas capitales de provincia; también augura que mantendrá su poder autonómico, pero no ve seguro arrebatar gobiernos al PSOE en ninguna comunidad relevante, así que, en las autonómicas, la lectura el día después podría no ser la victoria contundente que Feijóo ansía. “Podemos ganar en todos los sitios o en ninguno”, reconocen fuentes de la dirección nacional. “Todo está al palo”, resumen en la cúpula del PP en alusión a ese resultado que vaticinan ajustado; y conscientes, además, de que dependerán de Vox para gobernar.
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