A mí me parece bien que ante las críticas a la sanidad pública, el PP haya reaccionado en Madrid invitando a un acto a una señora que cura a los enfermos apoyando sus manos en ellos. “Ahora qué”. Como cuando se te queja un jugador de que quiere más minutos y te traes a Maradona en plan aviso a navegantes, siempre hay alguien que lo puede hacer mejor que tú. A veces nos queremos complicar la vida. Por ejemplo construyendo el Zendal cuando había un centro apostólico en Usera donde la gente recuperaba la salud a gritos de “milagro”. Dios cura el cáncer, según esta ralea. Claro, para eso lo creó: hizo el mundo en siete días y se especializó en Oncología el octavo, repitió antes un curso y eso que aún no había inventado la ruta de los vinos de Santiago. Nadie nace estudiado.

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