España se encamina hacia las elecciones legislativas del 23 de julio en un escenario político de profunda polarización. Dos conceptos acuñados por la derecha —’la derogación del sanchismo’ y ‘elegir entre Sánchez y España’— marcan con fuerza el escenario y representan ejemplos cristalinos del aumento de un tipo específico, y muy problemático, de polarización: la afectiva. Esta dinámica, común a varios países occidentales, trasciende el tradicional conflicto ideológico, y se despliega en el territorio de las emociones, del estímulo del sentimiento de pertenencia a un grupo y rechazo visceral a otros. En este terreno, prospera la construcción de identidades partidistas que se convierten en el prisma principal de lectura de la realidad. Los politólogos señalan que se trata de una lacra especialmente nociva para la eficacia de una democracia.
Sé el primero en comentar en «Anatomía de una estrategia de polarización: objetivo, “derogar el sanchismo”»