Se pueden recorrer muchos mundos con solo levantar la vista y girarla 360 grados en la plaza de Tirso de Molina, en Madrid. Es la plaza que Joaquín Sabina escogió para vivir, la que combina unos pisos de lujo en un palacete valorados en un millón de euros con indigentes durmiendo en colchones bajo los árboles. Aquí se grabaron recientemente los castings de un conocido programa de televisión y aquí también se encuentra la sede del sindicato CNT y su radio libertaria. En una de sus bocacalles se hallaba el último cine X de España. Una placa recuerda que aquí se encuentra la casa natal de Gloria Fuertes, entre sus quioscos se podía ver a menudo al concejal Pedro Zerolo comprando flores y una antigua mercería alberga en sus entrañas una discoteca. Ahora, también es el lugar en el que Conchi, una comerciante de las de toda la vida, fue asesinada detrás de su mostrador. Ocurrió este lunes a plena luz del día. Por el crimen ya han sido detenidos dos delincuentes habituales. Algunos sostienen que este suceso es el resultado de la degradación de la zona. Otros piden no demonizar este punto en el que se cruzan los caminos y convergen realidades tan distintas.
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