Como la borrachera, los partos y el duelo, las concesiones a los secesionistas tienen fases. Primero su exigencia se considera inaceptable, y después pasa a imposible, que significa muy probable. Se abre, con urgencia, la discusión, y la virtualidad se cuela como una rendija de luz. No es seguro que vaya a hacerse, de hecho nos dicen que no se hará, obviamente, pero que conste que hay debate entre los expertos. Quizá no se pueda hacer exactamente lo que piden, pero estamos buscando un resquicio: el resquicio es, antes que nada, un eufemismo; por ejemplo, desinflamar, alivio penal: un préstamo médico siempre viene bien.
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