El cielo vuelve a ser azul en los municipios tinerfeños de Arafo y Candelaria. Durante varios días el fuego lo tiñó de naranja y una nube de humo envolvió todo el noreste de la isla canaria. Es allí donde empezó, la noche del martes 15 de agosto, el peor incendio del año en España, que ha carbonizado cerca de 15.000 hectáreas y que este jueves el Gobierno de Canarias ya dio por estabilizado. Los vecinos fueron, uno a uno, recibiendo el aviso de que debían abandonar sus casas por la proximidad de las llamas. En un principio fueron desalojadas alrededor de 150 personas, pero en los días posteriores, mientras el fuego se iba expandiendo por 12 municipios, la cifra total superó los 12.000 afectados. Casi una semana después, la mayoría han podido volver a sus viviendas, aunque aún quedan 3.000 personas evacuadas. Cuatro de los vecinos que se encontraban cerca de la zona en la que se declaró el incendio relatan a este periódico cómo vivieron aquellos primeros días y lo que se han encontrado al regresar.
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