Aún no nos hemos repuesto del último escándalo que afecta a la Iglesia, el de un sacerdote que supuestamente drogaba, violaba y grababa a sus víctimas, cuando nos llega la condena de los obispos a la amnistía. ¡Vaya! ¡Qué prisa se han dado para posicionarse en el gran pulso político nacional! Inmediatamente nos ilusionamos: ¿estará la Conferencia Episcopal inaugurando una nueva etapa de agilidad para reaccionar ante las cosas que nos preocupan? Sería tal el avance que, por un momento, celebramos todas las posibilidades que se abren: eso les permitiría denunciar rápidamente a los abusadores que van apareciendo en sus filas y evitar así que sigan sumando víctimas en sus siguientes parroquias; también, investigar con eficacia la pederastia a través de comisiones diligentes, como han hecho las iglesias de Alemania, Irlanda, Francia, Bélgica, EE UU, Australia o Portugal, porque de la suya, la española, aún estamos esperando conclusiones. Se abre ante nosotros un sinfín de posibilidades tan ilusionantes que merecen que husmeemos un poco más. Veamos.
Sé el primero en comentar en «Si me das a elegir… ¿la amnistía o los obispos?»