Sánchez es rehén de Puigdemont y le puede suceder como al joven Julio César cuando fue capturado por unos piratas en las islas griegas. Sus captores pidieron 20 talentos de rescate, pero el futuro emperador les dijo que, por lo menos, él valía 50. El quizás mejor estratega militar de la historia no pudo usar peor táctica de negociación: alardear de cuán preciado es uno invita a peticiones desmedidas.
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