La vocación literaria de escritores y lectores convierte la vida en una larga conversación con los clásicos. Las palabras del pasado ayudan a iluminar las crisis del presente. Como no es bueno caer de forma perpetua en la tentación de las novedades, durante estos días navideños he leído a doña Emilia Pardo Bazán. En Los pazos de Ulloa, cuando el argumento gallego se mezcla con la revolución de 1868, la voz de la narradora afirma que batallaban “la monarquía absoluta y la constitucional, por entonces disfrazada de monarquía democrática”. ¿Disfrazada? Quien conozca la historia de la Restauración y las distancias graves entre una España real y una España oficial no puede extrañarse del matiz diferenciador entre la monarquía constitucional y la monarquía democrática, un matiz que hasta ahora tenía poco que ver con los debates de nuestro presente.
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