Más allá de lo evidente, la política deja siempre un puñado de resultados en suspenso, como el famoso gato de Schrödinger. Lo evidente es que Feijóo y su PP salen con casi todas las plumas de Galicia, con una victoria incontestable a pesar del candidato, a pesar de una campaña errática y a pesar del supuesto desgaste que suele provocar el poder. Lo evidente es que Ana Pontón es un descubrimiento, un soplo de aire fresco, aunque le haya faltado morder en el lado derecho para aspirar a más. Lo evidente es el castañazo del PSOE —por no hablar de los de Sumar, Podemos y Vox—, que pueden dejar magulladuras en el liderazgo de Pedro Sánchez. Más allá de lo evidente, las lecturas nacionales del 18-F dejan la triste impresión de estar ahí luchando contra la segunda ley de la termodinámica: el orden fluye hacia el caos, el calor fluye hacia el frío, y estos análisis dejan una sensación de frío y caos, en busca de un gato que no aparece y no sabemos si está vivo o muerto.
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