El 29 de septiembre de 2022 el vicepresidente Jordi Puigneró fue cesado por el presidente de la Generalitat como consecuencia de la desconfianza manifestada por Junts con su socio Esquerra Republicana. Era el enésimo episodio de la rivalidad desquiciada que mantienen los dos partidos, sin la que no se explica el procés y que hizo implosionar la legislatura pasada. Aquella expulsión, que pareció un gesto de autoridad presidencial, llevó a Junts a realizar una consulta a la militancia sobre la continuidad del partido de Carles Puigdemont en el Gobierno de la Generalitat. La dirección se dividió y no se premió la estabilidad porque la mayoría votó que no. La legislatura del relato del 52% independentista, que nació de una votación celebrada en circunstancias pandémicas, se quebró.
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