Hamza (nombre ficticio, como los de todos los niños de esta historia) mira atentamente cuando alguien le pregunta en castellano. Antes de contestar, casi se pueden oír los pequeños engranajes de su cerebro funcionando.
Hamza (nombre ficticio, como los de todos los niños de esta historia) mira atentamente cuando alguien le pregunta en castellano. Antes de contestar, casi se pueden oír los pequeños engranajes de su cerebro funcionando.
Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.
Sé el primero en comentar en «Los niños que llegaron a Ceuta para quedarse»