Los 20 agentes que forman el Departamento de Investigación y Reconstrucción de Accidentes de Tráfico (DIRAT) de la Guardia Civil llevan años ―incluso desde antes de que se creara formalmente el departamento, en 2013― tratando de desentrañar con precisión milimétrica, a través de programas informáticos y fórmulas físicas de mecánica, dinámica y cinemática, las causas últimas de siniestros en los que se han visto implicados vehículos. Investigando accidentes que en ocasiones esconden crímenes. Pero pocas veces se han topado con un caso tan difícil como el que ahora tienen entre manos: el atropello mortal de Esther López, de 35 años, en la localidad vallisoletana de Traspinedo, ocurrido el pasado 13 de enero y aún sin aclarar. Los informes del DIRAT serán clave en el juicio.
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