Una cortina de fuego avanza de madrugada sobre la sierra de la Culebra (Zamora). La historia se repite por la zona sur de esta reserva natural tras el incendio que devoró 25.000 hectáreas del norte hace un mes. Además, esta vez ha provocado la muerte de un bombero, atrapado por el fuego, y heridas a otros dos, que han sido hospitalizados, según fuentes de los bomberos de Zamora. El frente tiene una longitud de 12 kilómetros y supone una lengua de destrucción que cambia de color según arrasa pinares. El naranja del suelo se funde con el gris de la humareda que despide el incendio que quema el entorno de Tábara (900 habitantes), cuyos vecinos han sido desalojados preventivamente, aunque los focos están a una distancia aparentemente lejana. Pero todo puede cambiar, sobre todo el viento, como saben los ganaderos que esquivan a las autoridades y observan desde los caminos cómo arde su forma de vida en esta noche en la que el humo hace escocer los ojos y provoca tos áspera. Estas áreas se libraron del incendio anterior, pero este domingo se ha sumido en la pesadilla de las llamas. Huele a humo y miedo. Manuel García, un ganadero local, mira al horizonte y musita: “Es un desastre para Zamora, es la puntilla”.

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