La mañana del 21 de noviembre de 2000, el alcalde socialista de San Sebastián, Odón Elorza, participaba en Lisboa en unas jornadas sobre educación para la paz y telefoneó a Ernest Lluch, que se encontraba en Barcelona, para abordar en una cita próxima iniciativas pacifistas trasladables a la capital vasca. Por la noche, recuerda Elorza, lo avisaron de que ETA había asesinado a Ernest Lluch, el ministro de Sanidad socialista, entre 1982 y 1986, muy popular por universalizar la sanidad española. Lo conmocionó como a todos, pero como conocía bien a Lluch no le sorprendió.
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