La vicepresidenta Yolanda Díaz ha inaugurado al mediodía de este jueves en Galicia un curso político crucial, marcado por las elecciones municipales y autonómicas del próximo mayo y la conformación de su propio proyecto político en un contexto de incertidumbre económica que deja obsoleta cualquier previsión. Rodeada de naturaleza, en el corazón de O Courel (Lugo) y tras visitar la montaña arrasada por los incendios de este verano, la titular de Trabajo, que en los últimos días ha acentuado un perfil independiente y ha elevado la tensión con la patronal, ha reiterado su llamamiento a la CEOE para que “vuelva a estar a la altura” y se siente de nuevo en la mesa de negociaciones para subir los salarios. En el arranque de la gira por España de Sumar, la plataforma que impulsa, Díaz ha pedido “un nuevo contrato social con el [ámbito] rural”. Con una intensa agenda de aquí a final de año, la vicepresidenta se dispone a combinar en los próximos meses la acción institucional con el liderazgo de su iniciativa, que deberá ver la luz en las generales de 2023. Los obstáculos son múltiples —también internos— y el escenario convulso marcado por la elevada inflación (10,4% en agosto) desatada tras el conflicto en Ucrania amenaza con complicarlo todo aún más.

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