Hafida Dadach, de 57 años, marroquí residente en el barrio madrileño de Moratalaz, quiso dejar de hablar de sus nietos hace tiempo por prudencia. Siempre tuvo dudas sobre los beneficios de contar la historia de su hijo Mohamed el Ouriachi, muerto en 2015 en Siria tras unirse a aquella aventura de terror que fue el califato sirio-iraquí. El Ouriachi dejó en el camino a tres niños ―dos de ellos nacidos en España; el tercero, en territorio sirio―, varados en un país en guerra. La madre de estos, Hannane Draoui, tuvo un cuarto hijo en el país árabe con otro hombre. Después, también ella murió. Hafida espera a los cuatro hermanos en Madrid. En su penúltima conversación con EL PAÍS, en abril de 2019, decía esto: “Aquí les daremos vacunas, educación, deportes, todo lo que necesitan, ¿tú crees que habrán vuelto ya en verano?”. Aquel verano nunca llegó. Los niños aún siguen malviviendo en el noreste de Siria. Esta semana, Hafida retomó la palabra al fin tras conocer que el Gobierno español había aceptado repatriarlos, información que adelantó este periódico: “Sí, puedes contar que para mí sería el día más feliz de mi vida”, manifestó ella.
Sé el primero en comentar en «Las familias de españoles retenidos en Siria: “Están atacando donde están los niños. Un bombardeo y ya no habrá que traer a nadie”»