El Rey no se ha puesto una venda sobre los ojos para obviar la crisis institucional que vive España; una crisis que afecta a la Monarquía tanto o más que al resto de las instituciones. En su discurso de Nochebuena, Felipe VI ha alertado de los riesgos que se ciernen sobre algunos de los pilares de la democracia española. La estabilidad democrática no se sostiene por sí misma, y actualmente hay signos de zozobra por la creciente desunión, por el deterioro de la convivencia y por la “erosión de las instituciones”, ha dicho este sábado. Reflexiones, avisos y consideraciones del todo alusivas a la encarnizada confrontación política de los últimos tiempos. En el fortalecimiento de la democracia y en el caminar de España con las instituciones europeas, ha subrayado, está la solución. Lo primero va íntimamente vinculado a mantener los principios y el espíritu de la Constitución como guía maestra.
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