El toque de campanas a difuntos corta el, ya de por sí, frío aire de la plaza Alta de Algeciras (Cádiz). El corro apelotonado de políticos, mandos policiales, medios de comunicación y vecinos se articula en torno a las velas y flores que, al mediodía de este jueves, no paran de crecer. Allí, a pocos pasos de la puerta principal de la iglesia de La Palma cayó desplomado este miércoles el sacristán Diego Valencia después de ser agredido mortalmente supuestamente por Yasine Kanjaa. El joven marroquí, de 25 años, fue detenido poco después, tras recorrer con un machete un camino de terror que le llevó por dos iglesias y en el que agredió a varias personas, entre ellas al sacerdote salesiano Antonio Rodríguez, hospitalizado grave pero estable.
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