La negociación entre PSOE y Unidas Podemos para reformar la ley integral de libertad sexual, la conocida como ley del solo sí es sí, gira en torno a un solo debate, según han reconocido dirigentes de ambas formaciones: el incremento de penas que pretenden los socialistas para las agresiones cometidas con violencia o intimidación y el rechazo a este cambio por parte de sus socios. Podemos se opone porque considera que dejaría dañado “el corazón” de la norma, que es, aseguran, castigar todo acto sexual cometido sin consentimiento de una de las partes. ¿Qué cambió respecto al consentimiento con la ley de libertad sexual? ¿En la legislación anterior el consentimiento no era esencial? ¿Con la nueva ley se evita que las víctimas tengan que ser sometidas a duros interrogatorios sobre cómo se comportaron durante el ataque? Un análisis a los aspectos claves de la ley anterior y la nueva permite aclarar alguna de estas cuestiones.
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