La exasperación en la calle ha sido inocultable en las últimas semanas, a medida que una ley potente y necesaria del Gobierno de coalición, como la del solo sí es sí, ha ido propiciando un reguero de noticias desconcertantes primero e irritantes después. Más de 400 delincuentes sexuales han visto rebajada su pena firme y algunos de ellos incluso se han beneficiado de una excarcelación sobrevenida o alcanzada por el conducto más inimaginable: una ley aprobada por el primer Gobierno de coalición de izquierdas de la historia de nuestra democracia, y entre cuyos ejes centrales está la defensa militante del feminismo como conquista social irreversible y transversal.
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