El resultado de las elecciones de 1950 en el Reino Unido, que había ganado el laborista Clement Attlee por estrecho margen, suscitó la duda de si Jorge VI debía mantenerle como primer ministro o convocar de nuevo a las urnas. En un país habituado a mayorías claras y carente de Constitución codificada no existía norma o costumbre que guiase la conducta del monarca. La solución que se le ocurrió a su secretario, sir Alan Lascelles, fue publicar bajo nombre falso una breve carta en The Times, donde exponía tres razones poderosas para evitar la repetición electoral. Así que Lascelles —que controlaba el funcionamiento de Buckingham, como bien refleja el personaje que le encarna en las primeras temporadas de la serie The Crown— asumió sin más el criterio del texto que él mismo había enviado al entonces periódico de referencia en Londres. De ese modo tan informal se había generado una convención constitucional a aplicar cuando se planteara disolver el Parlamento anticipadamente.
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