Después de las votaciones para conformar la Mesa del Congreso y su presidencia seguimos sin saber contestar a la pregunta de qué tipo de legislatura tendremos, ni siquiera si la habrá. Pero algo sí sabemos: la fenomenal patada que el Partido Popular dio este miércoles a Vox —con el que gobierna en cuatro comunidades autónomas— es otro indicador de la profunda desorientación en la que se encuentra. El portazo a la formación de Abascal fue la proyección en la Cámara Baja de una inesperada lógica del tira y afloja: mientras un bloque actuaba casi como un rodillo para asegurarse la presidencia del Congreso —con todo bien atado y amarrado— el otro no paraba de deshilacharse. De momento solo hay eso, porque desconocemos el material del que está hecho el rodillo, pero sí tenemos ya las nuevas Cortes constituidas y la sonora soledad del Partido Popular.
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