La discoteca Fonda Milagros, en la que murieron 13 personas en la madrugada del domingo, abrió sus puertas antes de solicitar una licencia al ayuntamiento de Murcia. Lo hizo, al menos, desde mayo de 2019, tal y como desvelan las publicaciones en las redes sociales en las que publicitaron fiestas y noches temáticas. No fue hasta el 27 de junio cuando la empresa Teatre Murcia S. L., trató de legalizar su situación, a través de una modificación de la actividad, un trámite menor. Con esta solicitud pretendía dar cobertura legal a una operación que ya había llevado a cabo: dividir la gran nave con el fin de albergar dos negocios distintos: mantendría Teatre, la discoteca que la empresa ya operaba desde 2008, con música discotequera y ambiente juvenil y Fonda Milagros, con música latina. La operación exprés para legalizar los dos locales no salió bien: la administración fue lenta, pero denegó que pudiera tomar la vía rápida. Sin embargo, y pese a que desde 2022 tenían una orden de cierre, nadie la ejecutó. Entre alegaciones, recursos, silencios administrativos, falta de coordinación entre departamentos y la apertura por parte de la empresa de un expediente paralelo para legalizar el negocio, Teatre eludió el cierre y ambas discotecas siguieron abiertas hasta que, la madrugada del pasado domingo, ardieron y 13 personas murieron.
Las fechas clave
2019: La nave que durante años albergó la discoteca Teatre se divide y comienza a funcionar, al menos desde mayo, y junto a ella, otra discoteca, Fonda Milagros, en la que el domingo murieron 13 personas.
27 de junio de 2019: La empresa Teatre Murcia S.L. presenta «una modificación no sustancial para el ejercicio de actividad de discoteca con cocina».
5 de octubre y 12 de diciembre de 2020: El servicio técnico de Obras visita los locales y concluye que las modificaciones «tienen caracter sustancial».
10 de septiembre de 2021: Se traslada a la empresa el informe del servicio técnico de Obras y concede a Teatre 15 días para que aporte alegaciones y/o documentación. Además se le advierte de que, de otra forma, se determinará la imposibilidad de continuar con la actividad y, por tanto, el cese de la misma. La empresa no aporta nada pese a las advertencias.
Enero de 2022: El Ayuntamiento dicta una orden de cierre.
Febrero de 2022: La empresa recurre la orden de cierre.
8 de marzo de 2022: La empresa, de forma paralela al primer expediente, presenta un proyecto con el abre un proceso de legalización de sus actividades. Esta petición se tramite en un expediente independiente.
Octubre de 2022: El concejal de Urbanismo resuelve «determinar la imposibilidad de continuar con el ejercicio de la actividad» y ordena a la mercantil Teatre Murcia S. L. el cese de su actividad. A la vez, da traslado a los servicios de inspección para que compruebe la ejecución de esta decisión.
21 de octubre de 2022: El inspector de actividades redacta un informe «en contestación a la comunicación de la orden de cese». En este solo indica que la empresa alega que está presentando documentación para legalizar los negocios y que informa de ello «para sus efectos oportunos». A partir de este documentación, no existe ningún otro en el expediente que incluye la orden de cierre de los locales.
9 de febrero de 2023: El proyecto de legalización sigue su cauce y va pasando inspecciones, entre ellas, las de Sanidad que requiere que solvente unas deficiencias referentes a condiciones socio-sanitarias que al mes siguiente son subsanadas. Estas se realizan pese a la orden de cierre y a que la legalización no se ha aprobado todavía. De hecho, el expediente con el proyecto para legalizar los negocios sigue abierto.
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