Rafael Muñoz Leonisio nunca dejó de fumar puritos en su despacho. La Ley Antitabaco no pasó por él. Podría decirse que pocos marcos normativos de la presente democracia lo hicieron: condujo su coche sin seguro, arrasó sin permiso parte de un pinar para montar unas pistas de pádel, dispuso de la grúa municipal para devolver coches retirados a conocidos y usó sus redes para insultar compulsivamente a miembros del Gobierno y la izquierda en general. Lo curioso es que Muñoz compaginó sin sobresaltos esa vida laboral por encima de la ley durante casi 40 años con su cargo de intendente y jefe de la Policía Local de El Puerto de Santa María. No ha sido hasta su jubilación cuando ha acabado detenido, acusado de cobrar mordidas por la gestión de aparcamientos municipales.
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