Las explicaciones que la directora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Paz Esteban, ha dado esta mañana durante casi cuatro horas no han convencido a los socios del Gobierno. Los partidos que han apoyado a Pedro Sánchez han recibido con una mezcla de escepticismo y expectación las razones de la jefa de los espías, pero finalmente no han convencido ni a los portavoces de ERC, ni de JxCAT, ni de EH Bildu ni de la CUP, ni tampoco al PNV. Todos esos partidos han requerido, para concluir la sesión, que se forme una comisión de investigación y también que se desclasifiquen los documentos que Esteban les ha mostrado para que los conozcan todos los ciudadanos. Estos papeles reservados han servido para demostrar que el CNI espió legalmente y con autorización judicial a una veintena de independentistas, incluido el actual presidente catalán, Pere Aragonès (ERC). La jefa de los espías se ha desvinculado del resto de personas supuestamente espiadas que figuran en la lista de Citizen Lab, cuya lista eleva a 63 a los supuestos fisgados. La pregunta ahora es quién ha espiado —si es que así ha sido— a las otras 45 personas vinculadas al separatismo.

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