Alberto Núñez Feijóo tardó segundos en dejar sentado que él pretende ser otra cosa. El nuevo líder del PP arrancó su primer cara a cara con Pedro Sánchez, este martes en el Senado, con la firme promesa de no insultar, una manera de reconocer que tal vez antes se insultara. La bancada popular aplaudió a rabiar, con el mismo entusiasmo con que, en época reciente, solía ovacionar a los que por lo visto sí insultaban. En su empeño por mostrar que él es otra cosa, Feijóo recordó que hasta hace poco asistía como simple espectador desde la lejanía a este tipo de debates. Y contó que lo que veía, “insultos y crispación”, no le gustaba nada. Sentado al lado del nuevo jefe, batía alegre las palmas uno de los implicados en aquellas escenas, el portavoz popular, Javier Maroto.
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