Alentar el miedo a la inmigración ilegal, vinculándola a la inseguridad ciudadana, se ha convertido en el caballo de batalla de Vox de cara a las elecciones municipales del 28 de mayo. “Se quiere prohibir que en algún discurso se pueda vincular la delincuencia con la inmigración ilegal”, denunciaba este lunes el vicepresidente político y portavoz del partido, Jorge Buxadé. Aludía a la propuesta de reforma del reglamento del Parlamento catalán, presentada por ERC y la CUP, para proscribir “los discursos de odio e intolerantes” que inciten a la discriminación por razón de género, orientación sexual, etnia, ideología, lengua… Para Vox se trata de “un ataque a la libertad de expresión”, que recurrirá al Constitucional si sale adelante. “Pero si es que la inmigración i-le-gal, por su propia denominación, es delincuencia”, argumentaba Buxadé. “Ya por el mero hecho de entrar i-le-gal-mente en territorio nacional están incumpliendo la ley”, remachaba.

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