A las 18.36 de este martes, justo cuatro horas después de que el secretario general de Ciudadanos, Adrián Vázquez, anunciase en rueda de prensa que la formación no se presentará a las elecciones generales del 23-J, llegó un WhatsApp a un grupo de dirigentes de CS: “Ladrones, organizad un congreso para decidir si se disuelve el partido, pero no os quedéis la pasta de los ahorros de este partido. Vividores, sois unos sinvergüenzas, pagad las deudas”. El duro mensaje venía de Carlos Cuadrado, exsecretario de Finanzas y uno de los históricos de CS, despedido por la actual dirección en febrero. Sus palabras, siendo él conocedor además del dinero que aún quedaba en las arcas hasta su marcha, aglutinan el sentir de otros miembros de Ciudadanos contrarios a la dirección y a la orden de no concurrir a las urnas del 23 de julio. Una decisión compartida por Inés Arrimadas, Begoña Villacís y la mayoría de miembros del comité nacional. Los trabajadores han forzado una reunión el martes que viene para dilucidar su futuro ante el temor de “impagos”.

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