El bloqueo que los funcionarios de prisiones mantienen, desde primera hora de este viernes, en los accesos a la mayoría de los centros penitenciarios de Cataluña está empezando a tener consecuencias. Las protestas han impedido el cambio de turno y, con el personal bajo mínimos, cinco centros se han visto obligados a confinar a los internos en sus celdas como medida de seguridad: son los de Mas d’Enric, Brians 1, Brians 2, Ponent y Lledoners. El funcionamiento de esos centros se ha visto especialmente alterado y lo que se garantiza es el suministro de alimentación y medicamentos. La protesta ha empezado en la prisión de Mas d’Enric, en El Catllar (Tarragona), donde el miércoles un interno asesinó a una cocinera, Nuria López, y después se suicidó; allí, los manifestantes han colocado piedras y otros objetos a modo de barricada. Las protestas se han extendido después a un total de siete de los nueve centros de Cataluña —con la excepción de Wad Ras, en Barcelona, y Puig de les Basses, en Girona— y está provocando graves afectaciones en el funcionamiento del sistema penitenciario.

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