Estaba a prueba. Tras semanas “de bandazos que han desconcertado a todos”, en palabras de una baronía de las de mayor peso del PP, Alberto Núñez Feijóo se la jugaba en su investidura. Tenía que convencer a los suyos y ganarse la auctoritas, que tenía en cuestión desde que falló en las generales con una victoria insuficiente para gobernar. Transcurrida esta semana, a pesar de la derrota de su candidatura, Feijóo ha superado el examen interno, según la opinión de los dos centros de poder más importantes del PP, Madrid y Andalucía. El político gallego sale investido como líder de la oposición y consigue crédito interno al menos hasta después de las elecciones europeas de 2024, apuntan en estas presidencias autonómicas del PP. El partido en Madrid espera, eso sí, que a partir de ahora quite “el freno de mano” y se lance al ataque utilizando todo el poder territorial del partido contra Pedro Sánchez.

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