Atardece en el barrio ceutí de Benzú y el sol lucha por imponerse a las nubes atascadas en la Mujer Muerta, la montaña sobre la villa de Belyounes, en el lado marroquí de la frontera. El contraluz proyecta sombras sobre una estampa de vecinos ociosos que pasan la tarde frente al mar, efectivos de las fuerzas auxiliares marroquíes que guardan un paso fronterizo cerrado oficialmente desde 2019 y casas apiñadas que dan a la alambrada perimetral. Unas horas antes, en ese claroscuro, varias unidades policiales ejecutaban una operación contra una red de tráfico de personas que ha operado intensamente desde el verano de 2021. Es la segunda gran redada que se vive en Benzú, El Príncipe y otras barriadas ceutíes, como Los Rosales y Hadú, en lo que va de año.
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